Puedes decirme, suavemente, cómo siempre me perseguirás.
Puedes ayudarme, abrázame.
Ven a mí, lentamente.
Me acaricias, suavemente.
Calma mis miedos y tranquilízame.
Mueve tus manos,
atraviésame.
Toma mis preocupaciones por mí.
Sacrificaré todo lo que tengo en la vida para limpiar mi conciencia.