14 de noviembre de 2008

Cada vez que pienso en ti, recibo un disparo dentro de mí, una ráfaga de tristeza. No es problema mío. Pero es un problema que encontré viviendo la vida que no puedo dejar atrás. No me responde ningún sentido. La sabiduría de una tonta que no quiere dejarte en libertad. Pero ese es el camino que sigo. Y es que nadie sabe, y cada día crece mi confusión. Cada vez que te veo alejarte, me arrodillo y rezo. Estoy esperando el momento final. Tú dijiste las palabras que yo no pude decir. Me siento bien y aliviada. Me siento como nunca me sentí antes. Sólo no se que decir. ¿Porque no somos como fuimos ayer? No estoy segura qué signifique esto. No creo que tú lo entiendas. Yo ya admití que si lastimo a alguien más, entonces nunca veré cómo fuimos. Cada vez que te veo alejarte, me arrodillo y rezo. Estoy esperando e momento final. Tu dirás las palabras que no pude decir.